Monumento en el Parque de Judimendi en recuerdo de los judíos vitorianos. Su autora es la artista israelí Yael Artsi - Moyal
Probablemente la comunidad judía comenzó a instalarse en Victoria desde el primer momento de su fundación.
Los judíos vitorianos vivían en la calle Judería, una de las tres formadas bajo la autorización de Alfonso X de Castilla. Este detalle nos indica que su número sería ya notable en esas fechas. Su sinagoga posiblemente estuvo asentada donde hoy se levanta la capilla del Hospicio. En el siglo XV la comunidad la formaban en torno a ciento veinte o ciento cincuenta familias, que suponía el 8% de la población. Era la más numerosa del País Vasco.
Durante los primeros siglos de estancia en Vitoria la comunicación entre judíos y cristianos parece que fue más o menos cordial, siendo el barrio judío un lugar abierto y con mucha actividad. Este trato tenía sus limitaciones, fijadas por las Ordenanzas, pero para nada era un gueto.
Las ocupaciones principales de la comunidad judía fueron las de recaudadores de impuestos, prestamistas, médicos, comerciantes, artesanos, sastres y campesinos entre otros trabajos.
La comunidad judía estuvo dirigida de modo oligárquico por una minoría que detentaba el poder económico.
Pero en los comienzos del siglo XV, a pesar de que en Victoria no se dieron las represiones y persecuciones a judíos que se habían dado de cuando en cuando en otros puntos de Castilla y Aragón (progroms), el ambiente se fue enrareciendo en cuanto a las relaciones entre judíos y cristianos y tampoco nuestra ciudad se vio libre de prejuicios contra esa comunidad. Cuenta la tradición que San Vicente Ferrer estuvo en la villa a principios del siglo XV, predicando y convirtiendo a cuatro de las principales casas de judíos vitorianos. Además en los años próximos a la expulsión se endurecieron las medidas discriminatorias para la comunidad judía que vivía en la calle Judería. Ya en 1428 se dictaron las primeras y duras medidas contra la comunidad judía vitoriana.
San Vicente Ferrer
Posteriormente en las ordenanzas municipales promulgadas en 1487, basadas en el Código de las Partidas de Alfonso X, había unas disposiciones que restringían la actividad de los judíos fuera de la aljama; se prohibía la entrada en ella a mujeres cristianas mayores de diez años, otra disposición les prohibía trabajar los domingos, se les obligaba llevar señales coloradas... Otra señal de la intolerancia creciente fue el asalto a la sinagoga en 1488. Al parecer un numeroso grupo de vitorianos cristianos entraron en el barrio judío y su sinagoga en donde amenazaron, insultaron e incluso agredieron a los judíos presentes.
En 1491 el Concejo ordenó cerrar con un muro un acceso que comunicaba la judería con la calle Pintorería, por lo que el barrio judío quedó con una sola entrada, la abierta en la muralla, el Portal del Rey. Entonces sí se convirtió en un gueto. Otro caso es el injusto juicio y suplicio a Jacob Tello, declarado luego inocente.
Una vez conocido el Edicto de expulsión, gran parte de los judíos vitorianos se marcharon; aunque algunos se quedaron después de convertirse al cristianismo.
Tras la expulsión, en 1493, la judería pasaría a llamarse calle Nueva Dentro por contraste a la nueva calle que se había ido formando fuera de la muralla, Nueva Fuera.
Actual calle Nueva Dentro (Judería)
Ante la posibilidad de quedarse la ciudad sin físicos ( médicos), y mientras se encontraba un médico cristiano, el Ayuntamiento consiguió que el licenciado Antonio Tornay se quedara en Victoria, aun siendo judío. (Según J. Ramón Díaz de Durana, Tornay era judeo – converso)
Por cierto parece ser que el primer médico contratado por el Ayuntamiento vitoriano, en 1428, también era judío: David Oñate. Antonio de Tornay venía ejerciendo la medicina en Vitoria desde tiempo atrás. De tal modo que ya en 1483, se puede ver en los libramientos del Ayuntamiento que este médico cobraba una cantidad de 3.000 maravedíes. Por cierto que al quedarse en Victoria vio aumentados sus honorarios hasta una cantidad 10.000 maravedíes, teniendo que respetar una serie de condiciones. En el verano de 1493, Antonio de Tornay fue sustituido por Paulo Martínez de Vitoria, por lo que el médico judío abandonó la ciudad, como lo habían hecho antes sus correligionarios. Otros que ejercían la medicina, de forma privada, fueron el converso Pedro Sánchez de Bilbao ( Padre de un rico comerciante ) y su hermano Joannes.
Posteriormente a la expulsión vinieron los recelos y la desconfianza para los judeo conversos. Así en enero de 1493, fue asesinado por García de Mendoza Juan Sánchez de Bilbao, el rico comerciante converso. El colmo de la intolerancia fue que su padre, que había fallecido años atrás, en 1473, fue condenado por hereje y quemada su efigie. Años más tarde, el hijo de Juan hospedó en su casa, la Casa del Cordón, al futuro Papa, Adriano VI. No por ello se libró de la desconfianza siendo vigilado por la Inquisición.
La sinagoga pasó a ser Escuela de Letras, dirigida por Pedro Díaz de Uriondo.
La Comunidad judía cedió a la Ciudad el campo de Judimendi (En euskera : monte de los judíos), en el que tenían establecido su cementerio, para que fuera destinado a tierra de pastos, sin que se construyese sobre él. Según un documento fechado en 27 de junio de 1492, Vitoria se comprometió, con el juramento de su procurador Juan Martínez de Olabe, a que nunca se rompería ni araría dicho término salvo que quedaría para servicio público. La ciudad de Vitoria lo ha respetado siempre, aunque en 1952, se firmó un contrato entre Vitoria y el Consistorio israelita de Bayona por el que se libraba a la ciudad de dicho compromiso. Un monolito ubicado en el parque del mismo nombre, también conocido como Polvorín Viejo, lo recuerda.
El monolito anteriormente citado tiene una placa que indica lo siguiente :
- EN ESTE LUGAR ESTUVO EL CEMENTERIO ISRAELITA QUE LA ALJAMA DE VITORIA CEDIÓ PERPETUAMENTE A LA CIUDAD EN 27 DE JUNIO DE 1492
LA CIUDAD Y SU AYUNTAMIENTO RESPETARON LEALMENTE LAS CONDICIONES DE LA CESIÓN DURANTE 460 AÑOS, HASTA QUE EN 27 DE JUNIO DE 1952, FUE LIBERADA DE ELLAS POR CONVENIO SUSCRITO EN ESTA FECHA CON EL CONSISTORIO ISRAELITA DE BAYONNE (FRANCIA ) -
EL JURAMENTO DE ISABEL LA CATÓLICA
Isabel La Católica juró respetar los fueros locales en una visita que hizo a la ciudad en 1483.
Durante la ceremonia de la jura, todas las puertas de la ciudad se mantuvieron cerradas y no se abrieron hasta que se terminó la ceremonia. Entonces la reina junto a las autoridades locales que le acompañaban, entró en Victoria seguida por el lucido séquito de su Corte. En él figuraba el Cardenal de España don Pedro González de Mendoza.
En este acto estuvo representando a la provincia su primer Diputado General, Lope López de Ayala. Dio fe del juramento de la reina, Diego Martínez de Álava, alcalde de Vitoria, el cual posteriormente sería el segundo Diputado General que ha tenido Álava.
Con este motivo existe una placa situada en una fachada de uno de los edificios del inicio de la calle del Portal de Arriaga, lugar donde estuvo posiblemente el portal de entrada al interior del recinto amurallado de la ciudad por su parte norte.
En dicha placa figura un texto que indica lo siguiente:
"E JURO DE LOS GUARDAR E OBSERVAR E NO LOS QUEBRANTAR SUS PREVILEJOS E LIBERTADES E FRANQUEZAS E SENTENCIAS E USOS E COSTUMBRES QUE ESTA DICHA CIUDAD DE VITORIA TENÍA E TIENE.
22 de setiembre de 1483"
Según Tomás de Alfaro, Don Fernando acudió junto a su esposa, la reina, unos días más tarde. Permanecieron en la ciudad medio mes, celebrándose distintas fiestas en su honor.
1 comentario:
Shalom. Mí tatara y bisabuela eran judias y observantes e iba a Vitoria. Necesitaría información. Ellas eran nacidas en Galizano, Cantábrica y poseo el acta de matrimonio de mí tatara-abuela
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