miércoles, 21 de septiembre de 2011

Historia de Vitoria - Gasteiz 13º capítulo



CAPÍTULO DECIMOTERCERO

CRISIS DEL SIGLO XIV

     Victoria, como toda Europa en general, sufrió en el siglo XIV una crisis en todos los sectores económicos que afectó a su desarrollo, sufriendo un parón demográfico.

     Las causas  fueron muy variadas:
- Varias epidemias de peste; sobre todo la de 1348, conocida como “peste negra", que partiendo de Asia alcanzó Crimea, y desde allí se extendió por toda Europa. Esta epidemia supuso la pérdida de más del 25 % de la población europea.
- Una climatología terriblemente adversa que se tradujo en años sucesivos de malas cosechas, abandono de tierras de cultivo y el consiguiente abandono de algunas aldeas, hasta 78 en Álava en ese siglo.
- Las abundantes guerras y conflictos. Aquí habría que destacar la: Guerra dinástica sostenida entre el rey de Castilla Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara y la lucha de Bandos entre Gamboínos y Oñacinos del País Vasco, Ayalas y Callejas en Vitoria.



GUERRA DINÁSTICA

     La guerra entablada por el rey Pedro I "El Cruel" de Castilla y su hermano bastardo Enrique de Trastámara, que aspiraba a detentar la corona de Castilla, afectó a Álava y a Victoria. (Mientras Pedro era hijo de Alfonso XI y su mujer, la reina María de Portugal, Enrique, conde de Trastámara, era fruto de los devaneos tenidos fuera del matrimonio por Alfonso XI y Leonor de Guzmán)

     Esta contienda fue una guerra civil del reino de Castilla, ya que dividió a los nobles castellanos con uno u otro hermano, que además recibieron ayuda de fuerzas extranjeras. Pedro I la tuvo de Eduardo de Inglaterra, Príncipe de Gales, conocido como el “Príncipe Negro“ al que le había prometido el Señorío de Vizcaya y Enrique por su parte fue ayudado por las Compañías Blancas francesas de Bertrand Duguesclin. Ambos contendientes contrarios en la Guerra de los Cien Años, que se desarrollaba por aquellos tiempos en Europa. Enrique contó además con la colaboración de Pedro IV de Aragón, por lo que la disputa terminó en una guerra entre reinos peninsulares. Pedro I había atacado previamente a Aragón.
     Álava fue un importante escenario de movimiento de tropas y de algunas escaramuzas de la guerra, por ejemplo las que tuvieron lugar en marzo de 1367 en los alrededores de Aríñez y Gomecha, Victoria... El aspirante a la corona de Castilla Enrique se hizo fuerte por aquellas fechas, en un castillo que parece que existió en el monte Zaldiaran, cerca de Berrosteguieta con el fin de cortar el paso a Pedro I en su paso hacia Castilla, a través del estrecho de La Puebla. Pedro procedía de Navarra (Antes se había refugiado en Bayona por circunstancias de la guerra) y por Salvatierra y la Llanada se dirigía hacia allí. Estas hostilidades duraron todo el mes, condicionadas además por un tiempo muy crudo, en el que la nieve cubrió los campos durante varios días. Los alaveses pasarían días de temores e incertidumbre por esta contienda.
     En estos momentos de confusión, Carlos II “El Malo“, rey de Navarra, pactó con ambos contendientes e intentó engañar a ambos. Pedro I le prometió a cambio de dejar pasar al Príncipe de Gales por el puerto de Ibañeta, la devolución de Guipúzcoa y Álava, Logroño y el pago de 56.000 florines. Enrique II unas condiciones parecidas.
     Con el fin de no tener que cumplir con el compromiso ofrecido a ambos bandos, Carlos II de Navarra se hizo encerrar, tras pactar, por el alcaide de Borja (Aragón), con la disculpa de caza ilegal, esperando en su encierro el fin de la contienda.
     Volviendo a los sucesos acaecidos en las inmediaciones de nuestra ciudad, en ese tiempo, el rey Pedro al llegar a la villa de Salvatierra procedente de Etxarri, se encontró con que dicha villa era partidaria de su hermano bastardo Enrique. Esto supuso un contratiempo para el rey que esperaba aprovisionarse de víveres en la próspera Salvatierra. Entonces sucedió que los salvaterranos, al ver las intenciones de la tropa del rey de asaltar la villa para hacer pillaje, y que era imposible hacerles frente con sus escasas fuerzas, se rindieron y pidieron perdón. Pedro les perdonó. Parece ser que por consejo del príncipe Negro, ya que las intenciones del rey eran otras y no muy favorables para los habitantes de Salvatierra. Tras aprovisionarse en ella, siguieron camino hasta acampar en un lugar cerca de la villa de Victoria, a unos seis km., en un alto junto a Ascarza, el de San Román. 
     Le acompañaban entre otros, el Príncipe Negro y el hermano de éste, Juan de Gante, Duque de Lancaster. Éste estaba casado con Doña Constanza de Castilla, hija de Pedro I y de Mª de Padilla.
     La idea del rey Pedro y del príncipe Negro era entrar en tierras de Burgos por el estrecho de La Puebla, ya que los informes que tenía eran que Enrique se encontraba con su ejército en las proximidades de Navarrete (La Rioja) Luego resultó que éstos, el ejército de Enrique, al enterarse de la maniobra de sus enemigos, se habían movido de su emplazamiento, habían cruzado el río Ebro y se habían dirigido a la zona de Berrosteguieta y Gomecha para cortar el paso a las tropas del rey Pedro.
     Mientras, a la altura de Aríñez, el ejército del rey Pedro se reunió con un destacamento inglés mandado por Thomás Felleton y su hermano William, procedente de Navarrete donde habían seguido los movimientos del ejército enemigo. Tras la reunión, los hermanos Felton decidieron seguir su camino, con el fin de conocer mejor la posición del enemigo. Para ello se situaron a pernoctar en las cercanías de Aríñez, a más de dos leguas de distancia del grueso de sus tropas. (Una legua: 5.572 m.) y próximos a las posiciones de Enrique.
A la mañana siguiente, cuando acababan de llegar las esperadas tropas de Bertrand Duguesclin con alrededor de tres mil soldados, las tropas de Enrique adelantaron un destacamento de soldados españoles y franceses, unos seis mil hombres a caballo y bien armados, dirigidos por los hermanos de Enrique, el conde don Tello y  don Sancho, les acompañaba don Pedro González de Mendoza, noble alavés. Este cuerpo de ejército tuvo unas escaramuzas con grupos de soldados ingleses que se encontraban adelantados de sus formaciones y a los que derrotaron con facilidad. Posteriormente siguieron avanzando hasta encontrar uno de los campamentos de vanguardia, que mandaba el Duque de Lancaster. Se entabló una fuerte lucha con muertos y heridos, sobre todo británicos, lo que obligó a estos últimos a replegarse y retroceder hacia un altozano, donde se reagruparon e hicieron fuertes, aún más con la llegada del rey Pedro y el Príncipe Negro con el resto de las tropas.
     Este altozano parece ser que era el objetivo del conde don Tello y Sancho, ya que su ocupación ofrecía ventajas estratégicas; pero no lograron su objetivo al adelantarse el enemigo.
    Al ver que la ventaja conseguida se perdía, y que no era conveniente volver a atacar, don Tello ordenó el repliegue hacia su campamento, en espera de otra oportunidad favorable. Esta oportunidad no se hizo esperar, ya que en el regreso hacia sus bases, se toparon con el destacamento inglés de exploración, ya citado, de los hermanos Thomás y William Felleton, formado por unos doscientos caballeros y otros tantos escuderos.
     Las tropas de los partidarios de Enrique se lanzaron al ataque al grito de ¡Castilla por el rey Enrique! Los británicos en inferioridad de efectivos, se agruparon y retrocedieron hasta la colina de Júndiz, cerca de Aríñez, en cuya cima se situaron. Posteriormente y durante largas horas, los combates fueron continuos. William Fellteon, tal vez con el fin de estimular a sus compañeros, protagonizó un hecho de gran valor, tal vez suicida, ya que bajó del altozano lanza en ristre y acometió a los castellanos con gran arrojo, logrando matar a algún caballero castellano. Pero al ser muy superior el número de contrincantes, fue rodeado hasta ser muerto. Mientras, sus compañeros desde lo alto del cerro presenciaron la escena sin poder hacer nada. Al caer la tarde, franceses y castellanos con renovado ardor, atacaron la cima de la colina por varios flancos con lanzas, flechas y espadas, con tal ímpetu, que los ingleses se vieron impotentes para contenerlos. Muchos ingleses fueron muertos, otros heridos y la mayoría cayeron prisioneros. Sólo algunos criados lograron escapar y dar la mala noticia a Don Pedro y al Príncipe Negro. El cerro testigo de esta batalla fue conocido como Inglesmendi, actual de Júndiz.


                         

                                         Alto de Jundiz o Inglesmendi

    (Siglos después, el 21 de junio de 1813, durante la Batalla de Vitoria, esta colina  de Jundiz fue testigo del del nuevo enfrentamiento entre ingleses y franceses, siendo los primeros los que resultaron vencedores. Con este hecho vengaron en cierto modo a sus antepasados.)

     Al día siguiente las tropas del rey Pedro, tras asimilar la derrota, se acercaron a las proximidades de Victoria y se situaron frente a sus murallas. Allí esperaron seis días, hasta que en vista que Enrique no presentaba batalla, sino que bloqueaba la salida a Castilla por La Puebla y que la posición en la que estaban no era nada favorable, andaban mal de provisiones y el tiempo seguía siendo muy malo con nevadas, levantaron el campamento y dejando a un lado a Victoria se encaminaron hacia el puerto de Azáceta, buscando otra ruta más favorable hacia la Meseta. Tras pasar Azáceta, Atauri, Santa Cruz de Campezo, Los Arcos y Viana, llegaron a Logroño y desde allí a Nájera.
     En esta población de Nájera les salió de nuevo al encuentro Enrique con sus tropas, entablándose una batalla, el 13 de abril de 1367, que terminó con la derrota y fuga del pretendiente bastardo. En esta batalla fueron hechos prisioneros por las tropas del rey Pedro: El Canciller Don Pedro López de Ayala, Bertrand Duguesclin y el Conde Don Tello. Don Enrique viéndose en la tesitura de huir, y teniendo su caballo agotado, recibió la ayuda de un escudero alavés, Ruy Fdz. de Gauna, que prestó su caballo al pretendiente a la corona, con el cual pudo escapar hacia Aragón. Por este hecho Ruy Fdz. de Gauna fue premiado con el cargo de Alférez Mayor de la Corte y con los señoríos de Alegría y de Contrasta.
     Tras las diversas vueltas que dieron las posiciones de unos y otros contendientes, la guerra terminó el 23 de marzo de 1369 con el asesinato de Pedro I por su hermano Enrique cerca del castillo de Montiel ( Ciudad Real ) En el fragor del combate ambos hermanastros llegaron al combate cuerpo a cuerpo, y cuando el rey Pedro llevaba las de ganar, ya que tenía en el suelo, bajo sí, a su hermanastro, Bertránd de Duguesclin empujó a Pedro que cayó al suelo, lo que fue aprovechado por Enrique para reponerse y matar a Pedro. Entonces Duguesclin parece ser que dijo: “ Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor “ Tras estos sucesos Enrique tomaría la corona de Castilla-León como Enrique II, también conocido como el de “las Mercedes”, debido a los favores que tuvo que devolver a la nobleza castellana que  le había apoyado.
     Durante estos acontecimientos y ante el acoso de las tropas de Enrique II, en 1368, Victoria, Salvatierra y Santa Cruz de Campezo, prefirieron pasarse de nuevo a la corona de Navarra, a pesar de que Pedro I había orientado al Concejo de estas localidades que antes de entregarse al rey navarro, lo hicieran a su rival el conde Enrique de Trastámara. Estas plazas fueron devueltas en 1373 a Enrique II de Castilla por mediación del Papa Gregorio XI. El tema estuvo gestionado por el Cardenal Guido de Bolonia. La entrega se hizo en Briones.



                                       
                                    Lucha de Pedro y Enrique en Montiel


Pedro López de Ayala "Canciller Ayala"

     Esta guerra dinástica fue contada de forma magistral por un alavés, D. Pedro López de Ayala (el Canciller Ayala, Vitoria 1332- Calahorra 1407) Era hijo de Fernán Pérez de Ayala y de Elvira Álvarez de Ceballos.




                                                     Pedro López de Ayala

     Hizo la descripción de la guerra fratricida en su obra “Crónica General“, ya que estuvo al servicio de varios reyes, Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III, haciendo un equilibrio diplomático en aquellos tiempos tan tumultuosos. Al parecer dejó a Pedro I debido al desacuerdo con él tras ordenar este la muerte de varios nobles. 
"Por el rey matar omnes, non llaman justiçiero, / ca sería nombre falso: más propio es carniçero" (Rimado de Palacio, 347).

    Además de un gran político, Pedro López de Ayala fue uno de los mejores autores en prosa y verso  de la literatura medieval castellana. Caballero con una gran formación en estudios humanísticos. Como  diplomático fue embajador de Castilla en Francia, alcalde de Vitoria, alcalde de Toledo, Canciller de Castilla (algo parecido a primer ministro actual)... 
    Aparte de las dificultades de equilibrio político que tuvo el Canciller en el transcurso de su vida, sobre todo al pasarse al lado de Enrique, dejando a Pedro I, fue hecho prisionero en dos ocasiones. Primero en la batalla de Nájera en 1367, por el Príncipe Negro, al perder la batalla Enrique de Trastámara, al que apoyaba en ese momento. Fue liberado a los seis meses tras pagar una fianza.
     La segunda ocasión fue en la batalla de Aljubarrota (Portugal) en 1385.  Al morir sin descendencia el rey portugués Fernando I, el rey castellano Juan I, casado con su hija Beatriz se siente con derecho a sucederle en la corona de Portugal. Sin embargo parte de los nobles lusos apuestan por Juan de Avís, por lo que se inicia una contienda entre ambos. Es cuando se da la batalla de Aljubarrota en la que las tropas del rey castellano Juan I son derrotadas por los portugueses, con ayuda de tropas inglesas. Pedro López de Ayala, que acompañaba al rey Juan I como Alférez Mayor de la Orden de Caballería de la Banda, junto a otros nobles castellanos (su hermano Fernando Díaz de Mendoza) son hechos prisioneros. Cayó preso en Santarem, cubierto de heridas y «quebrados dientes e muelas»  Al parecer el periodo de prisión, dos años y medio,  fue durísimo, llegando a estar enjaulado. Estuvo encerrado en los  castillos de Leiria y  Óbidos. Fue devuelto a cambio de 30.000 doblas, después de que muchos intercediesen en su favor, como su mujerLeonor de Guzmán, el maestre de la Orden de Calatrava y los reyes de Castilla y de Francia.
    Tras su liberación siguió con su actividad diplomática, incluso durante el reinado de el sucesor de Juan I, su hijo enrique III. Estando realizando gestiones de su cargo en Calahorra murió súbitamente en 1407 a la edad de 75 años.
   Fue enterrado en el conjunto palaciego-conventual de Quejana, fundado en 1378 por Fernán Pérez de Ayala, cuyos cuidados dependían de las monjas dominicas que habitaron el convento hasta el año 2008. Las dos estatuas yacentes, la del Canciller y la de su mujer,  en alabastro, se encuentran al pie del retablo del monasterio, junto a otras estatuas yacentes de los padres del canciller, Fernán y Elvira. Este retablo, de estilo gótico de la escuela navarra, es una réplica inaugurada el 4 de agosto de 1959, del original, que se halla en el Instituto de Arte de Chicago. En el monasterio se venera una imagen de la Virgen del Cabello. Esta virgen era la advocación familiar y cuentan que el canciller llevaba la imagen adosada a la silla de montar a las batallas.



Conjunto funerario de Pedro López de Ayala y de Leonor de Guzmán en Quejana

    Otras obras literarias destacadas de Pedro López de Ayala, aparte de "Crónica General", son: "Rimado de Palacio", extensa obra de más de ocho mil versos, "El libro de la caza de aves", El libro de Job basado en la lectura de la Biblia. También  tradujo las "Décadas" de Tito Livio y el "De casibusvirorum ilustrium" de  Giovanni Boccaccio.



                           Conjunto monumental de Quejana

     Otro historiador que cuenta con mucho detalle los hechos de la Guerra Dinástica es el historiador francés Jean Froissart.


Para saber más:

"Álava medieval" Gonzalo Martínez Edit. Dip. F. de Álava 1974
"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"Vitoria medieval" Varios Edit. Exc. Ayunt. de Vitoria 1993
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.)Edit. La esfera de los libros. 2002
"Historia civil de Álava" J.J. Landázuri Edit. Gran Encicl. Vasca 1973
"Historia de Álava" A. Rivera (direct.) Edit. Nerea S.A. 2003
"Síntesis de la Historia del P.Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P.Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997
"Arquitectura doméstica de la Llanada de Álava, siglos XVI, XVII y XVIII" Ana de Begoña Edit. Dip. Foral de Álava. 1986
"Arqueología e Historia de una ciudad"    A. Azkarate, J. L. Solaun  Edit, Universidad del P. Vasco 2013

1 comentario:

isabel dijo...

Es imposible que Don Fadrique de Castilla , maestre de Santiago, hermano gemelo de D. Enrique, participara en ninguna de estas escaramuzas ni batallas pues habia sido asesinado por Pedro I varios años antes, e 1358, en el Alcazar de Sevilla.
El autor le confunde con otro hermano menor de D. Enrique y D.Tello, D. Sancho, que mas tarde sería Conde de Alburquerque.