CAPÍTULO DUODÉCIMO
EL PACTO DE ARRIAGA O VOLUNTARIA ENTREGA
2 de abril de 1332
(VITORIA FRENTE A LAS ALDEAS VECINAS)
En aquella época mientras Victoria y Salvatierra eran unas villas realengas, Álava tenía su propio gobierno con una entidad representativa: LA COFRADÍA DEL CAMPO DE ARRIAGA. Esta institución era un señorío apartado, es decir sin funcionarios reales, pero incluido bajo la órbita del reino de Castilla, siendo el rey castellano su máximo señor. Así se reconoce en diversos documentos. La Cofradía de Álava podía nombrar a su señor más cercano, éste tenía prerrogativas en justicia, fiscalidad y cuestiones militares. Las reuniones de los cofrades se celebraban en el campo de Arriaga.
La primera referencia clara a la Cofradía data de 1258.
Poco a poco los distintos privilegios concedidos a Victoria por sucesivos reyes, fueron creando recelos con las aldeas vecinas, alguna de ellas, las más cercanas, incorporadas incluso a la villa de Victoria, lo que enturbió las relaciones entre ambas instituciones.
Esta Cofradía defendía los intereses de los nobles rurales, poseedores de las tierras, que se veían amenazados por el expansionismo de Victoria y Salvatierra.
Vitoria tuvo privilegios tanto económicos como administrativos desde su fundación. Sancho VI de Navarra, eximió a sus habitantes del pago de la fonsadera (multa o impuesto que tenían que pagar los que no acudían a filas del ejército real)
Con motivo de un enfrentamiento entre el Concejo de Vitoria y la Cofradía, por decisión del rey Alfonso X, la Cofradía en 1258, entregó al rey castellano 16 aldeas, de las cuales 9 pasaron a poder de Vitoria que amplió su alfoz o jurisdicción municipal y el resto pasó al de Salvatierra. Además determinó que en adelante el Campo de Arriaga perteneciera a Victoria.
Hasta 1331 habían pasado 51 aldeas a manos de Victoria. Ante esta situación los nobles de la Cofradía entraron en un estado de preocupación y de malestar muy grandes, con lo que las relaciones con la villa se enturbiaron.
Ermita de Arriaga
Las cosas se complicaron todavía más en 1332 tras una sentencia real de ocho de febrero, por la que Alfonso Xl falló a favor de Victoria y en contra de la Cofradía de Arriaga, sobre la posesión de 45 aldeas que se disputaban ambas instituciones. En este litigio hizo de árbitro, Juan Martínez de Leiva, Camarero mayor del Rey que falló a favor de Victoria, ya que solamente dio la razón a la Cofradía en cuatro de las cuarenta y cinco aldeas en litigio. De todas formas parece ser que todas estas donaciones habían sido precedidas por la compra de los terrenos afectados por parte de los habitantes de la villa de Victoria; por lo que el cambio es de dependencia, de jurisdicción. Por otra parte Salvatierra reclamaba otras treinta aldeas.
Con este estado de cosas, y por temor a ser engullidos por las villas realengas de Vitoria y Salvatierra, los cofrades decidieron entregar el SEÑORÍO DE ÁLAVA A LA CORONA DE CASTILLA. Al mismo tiempo disolvieron la Cofradía de Arriaga.
Este acto, conocido como PACTO DE ARRIAGA o de LA VOLUNTARIA ENTREGA, se realizó el 2 de Abril de 1332.
Representación romántica de la "Voluntaria entrega", obra de Juan ángel Sáez.
Pintado en 1864. Propiedad del Museo de Bellas Artes de Álava.
Teniendo conocimiento de la estancia de Alfonso XI en Burgos, Fernán Pérez de Ayala, Juan Ruiz de Gauna y el Obispo de Calahorra, como emisarios pusieron en conocimiento del rey la intención de entregar a Castilla el Señorío de Álava. Agradecido el rey por la noticia, se puso en camino hacia Vitoria y habiendo llegado a ella se congregó en el Campo de Arriaga la Cofradía, conforme a su antiquísima costumbre. El obispo de Calahorra D. Juan Rodríguez de Roxas hizo de portavoz de la Cofradía como miembro que era de ella. También estuvieron presentes los siguientes miembros de la nobleza: Lope de Mendoza y Beltrán Yáñez de Guevara con sus hijos Ruy López y Ladrón de Guevara, Juan Hurtado de Mendoza. Fernán Ruiz, arcediano de Calahorra, Diego Hurtado de Mendoza, Fernán Pérez de Ayala, Fernán Sánchez de Velasco, Lope García de Salazar y Ruy Díaz de Rojas. Ademas de otros hijosdalgos, ricos hombres e infanzones, caballeros, clérigos y escuderos.
Esta entrega la utilizaron entre otras cosas para resolver sus problemas consistentes en la mengua de sus tradicionales fuentes de ingresos, ya que se nutrían hasta entonces de las rentas de sus campesinos, pero muchos de estos campesinos se iban desvinculando de su influencia al pasar a depender de las villas.
Al pasar la nobleza alavesa al realengo castellano, lograron alcanzar una serie de objetivos deseados desde hacía mucho tiempo (21): En primer lugar, la confirmación de su estatuto jurídico como hidalgos, lo que suponía en términos fiscales, como exentos, en un momento en el que la fiscalidad real era muy elevada; en segundo lugar, el derecho de persecución de los campesinos que abandonaban sus tierras para irse a las villas, de este modo fijaban a los campesinos a la tierra y asentaban su poder. Esto era un objetivo que habían solicitado desde 1258 por primera vez a Alfonso X; y por último, el control de acceso al aprovechamiento del monte y del bosque, en un momento en el que ambas cosas eran muy solicitadas por la demanda fuerte de tierras de cultivo. Además consiguieron la prohibición real de construir nuevas ferrerías para defender el patrimonio forestal.
Solicitaron al rey también, que pusiera Fuero escrito, así como Alcalde y Merino que hiciesen justicia; pero que fuesen hijosdalgo naturales herederos y arraigados en Álava.
Este es el pasaje de la crónica de Alfonso XI que narra la incorporación del señorío de Álava a la corona real, en 1332. El documento fue escrito durante el reinado de Enrique II (1369 – 1379) :
“Acaesció que antiguamiente desque fue conquistada la tierra de Álava, et tomada á los Navarros, siempre ovo señorío apartado: et este era qual se lo querían tomar los Fijos-dalgo et Labradores naturales de aque¬lla tierra de Álava. Et á las veces tomaban por Señor alguno de los fijos de los Reyes; et á las veces al Señor de Vizcaya; et á las veces al de La¬ra; et á las veces al Señor de los Cameros. Et en todos los tiempos pasados ningún Rey non ovo señorío en esta tierra, nin puso y oficiales para facer justicia, salvo en las villas de Vitoria et de Treviño que eran suyas; et aquella tierra sin aquestas villas llamábase Confradía de Álava. Et aquel á quien ellos daban el señorío, dabanle servicio muy granado, demás de los otros pechos foreros que decían ellos el semoyo et el boy de Marzo. Et el Rey seyendo en Burgos, vinieron y á él Procuradores desta Confradía de Álava, omes Fijos-dalgo et Labradores con procuración cierta de todos los otros: et dixieron al Rey que le querían dar el señorío de toda la tierra de Álava, et que fuese suyo ayuntado a la corona de los regnos; et que le pedían merced que fuese rescibir el señorío de aquella tierra; et que les diese fuero escripto por dó fuesen judgados, et posiese oficiales que feciesen y la justicia. Et el Rey por esto partió luego de Burgos, et fue á Vitoria. Et estando allí veno á él Don Joan Obispo de Calahorra, et dixole: “Señor, qualquier que sea Obispo de Calahorra es de la Confra¬día de Álava: et yo así como Confradre desta Confradía vos vengo a de¬cir que todos los Fijos-dalgo et Labradores de Álava están yuntados en el campo de Arriaga, que es logar dó ellos acostumbran facer junta desde siempre acá; et rogaronme que veniese á vos decir et á pedir merced que vayades á la junta dó ellos están, et que vos darán el señorío de Álava, según que vos lo enviaron decir con sus mandaderos. “Et el Rey por esto fue á la junta del campo de Arriaga. Et todos los Fijos-dalgo et Labradores de Álava diéronle el señorío de aquella tierra con el pecho forero, et que oviese los otros pechos reales, según que los avía en la otra del su señorío. Et pedieronle merced que les diese fuero escripto; ca fasta allí non lo avian sino de alvedrio. Et el Rey rescibió el señorío de la tierra, et dióles que oviesen el fuero de las leyes, et puso y Alcalles que judgasen los de la tierra, et Merino que feciese justicia”
Con este acto, con la Voluntaria entrega, los señores alaveses, determinaron en 1332 las bases para resolver los problemas que venían arrastrando desde el pasado, logrando una solución que resolvía sus problemas económicos y sentaba las bases de dependencia de sus súbditos, lo que les colocaba en buena disposición para prepararse para los tiempos venideros.
Según palabras de J.J. de Landázuri: “Hasta aquí corrió la nobilísima Provincia de Álava por más de seiscientos años, gozando en su gobierno de ¿“ independencia ”?, sin tener otro Xefe y Señor que aquel que ella misma elegía y nombraba por medio de la Cofradía del Campo de Arriaga, con la más libre y espontánea voluntad".
Detalle del cuadro de Juan Ángel Sáez
Landázuri en su Historia Civil de Álava hace una relación de Señores de la Cofradía. En ella llega a citar a dieciocho titulares de la misma. Si se toman únicamente los habidos desde 1200, fecha de la toma de Álava por Alfonso VIII de Castilla, hasta la Voluntaria Entrega, tendremos los siguientes:
Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya. (1200 – 1214)
Don Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya. (1214 – 1236)
Don Nuño González de Lara, señor de Lara. (1236 – 1246)
Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya. (1246 – 1254)
Don Fernando de la Cerda, infante heredero de Castilla. (1273)
Don Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya. (1273 – 1288)
Don Juan Alfonso de Haro, señor de Cameros. (1288)
Don Diego López de Salcedo.
El historiador Gonzalo Martínez Díez en su obra “ Álava Medieval “(Edit. Diputación Foral de Álava - 1974) pone en duda la verdadera titularidad de señor de la Cofradía, de algunos de los aparecidos en la lista de Landázuri.
CRISIS DEL SIGLO XIV
Victoria, como toda Europa en general, sufrió en el siglo XIV una crisis en todos los sectores económicos que afectó a su desarrollo, sufriendo un parón demográfico.
Las causas fueron muy variadas:
- Varias epidemias de peste; sobre todo la de 1348, conocida como “peste negra", que partiendo de Asia alcanzó Crimea, y desde allí se extendió por toda Europa. Esta epidemia supuso la pérdida de más del 25 % de la población europea.
- Una climatología terriblemente adversa que se tradujo en años sucesivos de malas cosechas, abandono de tierras de cultivo y el consiguiente abandono de algunas aldeas, hasta 78 en Álava en ese siglo.
- Las abundantes guerras y conflictos. Aquí habría que destacar la: Guerra dinástica sostenida entre el rey de Castilla Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara y la lucha de Bandos entre Gamboínos y Oñacinos del País Vasco, Ayalas y Callejas en Vitoria.
Para saber más:
"Álava medieval" Gonzalo Martínez Edit. Dip. F. de Álava 1974
"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"Vitoria medieval" Varios Edit. Exc. Ayunt. de Vitoria 1993
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.)Edit. La esfera de los libros. 2002
"Historia civil de Álava" J.J. Landázuri Edit. Gran Encicl. Vasca 1973
"Historia de Álava" A. Rivera (direct.) Edit. Nerea S.A. 2003
"Síntesis de la Historia del P.Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P.Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997
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