ORGANIZACIÓN SOCIAL
LAS VECINDADES
Después de la decadencia de las ciudades europeas en la Baja Edad Media, tras la caída del Imperio Romano, éstas fueron abandonadas por sus habitantes debido a la inseguridad de ellas en esa época convulsa. Buscaban la seguridad en el campo, al amparo de los señores feudales, los cuales les daban cobijo y seguridad a cambio de su servidumbre. Sin embargo, en la Baja Edad Media y principios de la Edad Moderna, los distintos reyes europeos, van creando villas y ciudades reales, que ponen bajo su protección, concediendo además unos privilegios y fueros a sus habitantes. Esto hace que muchas personas hagan el camino inverso al descrito para la Alta Edad Media, ahora su destino son las villas y ciudades. en ellas se ven seguros, libres de los abusos de los señores en sus dominios, tienen oportunidad de trabajar en un abanico mayor de actividades de una ciudad: albañiles, pintores, comerciantes, artesanos variados... De esta forma hacia 1500, en la Europa latina había unas 154 ciudades con más de 10.000 habitantes
Ahora la concurrencia de personas es mayor que en las aldeas señoriales, por lo que son más necesarias reglas para una adecuada vida en común. Porque vivir en comunidad tiene su complicación, exige un orden, unas normas de convivencia (leyes) que además de dar seguridad, indiquen cómo comportarse, saber a qué atenerse.
Reglas con las que saber a qué atenerse en la convivencia diaria y que además les da seguridad, que era lo que buscaban. Estas normas o leyes para la convivencia, varían sobre una base común a lo largo y ancho de Europa. También lo hace la forma de agrupación vecinal. Por ello las ciudades se organizan, creando instituciones, distritos, barrios, etc.
Reglas con las que saber a qué atenerse en la convivencia diaria y que además les da seguridad, que era lo que buscaban. Estas normas o leyes para la convivencia, varían sobre una base común a lo largo y ancho de Europa. También lo hace la forma de agrupación vecinal. Por ello las ciudades se organizan, creando instituciones, distritos, barrios, etc.
La forma de organización social en la ciudad de Vitoria, desde la Edad Media eran las vecindades. Los vecinos de Vitoria se asociaban entre sí para intercambiar diversas ayudas y servicios. .
La distribución de las
vecindades, en su mayor parte correspondía a tramos de calles separadas por
cantones, de cantón a cantón (también llamados callijos en algunos documentos). Cada una de ellas se ponía bajo la advocación de
una Virgen o un Santo. Estas circunstancias se cumplían en las calles de la Herrería , Zapatería,
Correría, Cuchillería y Pintorería, esto es las calles gremiales. En otros
casos la vecindad correspondía a una calle entera, como la calle Nueva Dentro
(antigua Judería) o incluso barrios enteros como Villa Suso o el Arrabal. Se
nombraban por su orden y el nombre de la calle, ejemplo: primera vecindad de la Correría (o Correería),
segunda vecindad, etc.
El número de vecindades en
nuestra ciudad era de veintiuna o veintidós (según fuentes consultadas).
Pensemos que el casco urbano de Vitoria, durante siglos se limitó al recinto
amurallado, a lo que actualmente conocemos como Casco Viejo o Casco Medieval.
Hubo que esperar al último tercio del siglo XVIII, a que nuestra ciudad se
desarrollase fuera de sus murallas.
Las vecindades fueron para sus
miembros, sobre todo un sistema de cohesión , de solidaridad, de identidad y de
seguridad mutua, donde se materializaba el sentido de “pertenencia a” , cosa
tan importante en otros tiempos, frente a la libertad personal actual, que a
veces puede caer en el individualismo. Si comparamos las vecindades con otro
sistema de agrupación como pudieron ser las parroquias, veremos que estas
últimas eran de asociación voluntaria, es decir, que cada uno se vinculaba con
la iglesia que le interesara. La pertenencia a una vecindad era obligatoria,
según la calle en que se viviese.
ORDENANZAS
Parece ser que hasta finales dela Edad Media cada
vecindad se gobernaba por sus Ordenanzas particulares, lo que daba lugar a
diferencias de unas Ordenanzas con otras. El dieciocho de setiembre de 1483, siendo alcalde Pedro Martínez de Álava, el
Concejo y Diputación de la
Ciudad ordenó llevar al Concejo dichas Ordenanzas para
unificarías, con el fin de que todas las vecindades se rigieran con los mismos
criterios. Las ordenanzas trataban de aparte de poner orden, estrechar los lazos de buena relación entre los vecinos y vecinas.
La vecindad que usara las antiguas normas sería penalizada con 2.000 maravedies.
Parece ser que hasta finales de
La vecindad que usara las antiguas normas sería penalizada con 2.000 maravedies.
A lo largo de la Edad Moderna fueron
adquiriendo mayores facultades, siendo unas magníficas colaboradoras en todos los ámbitos de
la competencia del Ayuntamiento”, contribuyendo así al buen funcionamiento de
la vida diaria colectiva.
Las vecindades
eran las encargadas de la confección de los padrones de población, llevaban a
cabo las tareas de limpieza y acondicionamiento de las calles (veredas), colaboraban en
el alojamiento de tropas cuando pasaban los ejércitos por Vitoria, o en los
preparativos de la Ciudad
para recibir a personajes de la realeza, o con ocasión de grandes
acontecimientos como victorias bélicas, o el paso de reyes, príncipes o
princesas, también participaban en los preparativos de las celebraciones por
dichos motivos. Las vecindades servían de enlace entre el Ayuntamiento y los
vecinos.
GOBIERNO
Los mayorales custodiaban
las herramientas propias de la vecindad: antorchas, picos, palas..., además la llave de la hornacina que contenía al Patrón o Patrona de la vecindad ; cobraban las multas (una tercera
parte de ellas eran para ellos)...
Los cantones dividen vecindades. (Cantón de la Soledad)
TAREAS
Veamos algunas de
las tareas de las vecindades que descargaban la responsabilidad municipal:
GOBIERNO
Cada vecindad estaba
dirigida por dos mayorales, elegidos por un año el día siguiente a la Pascua del Espíritu Santo. Para ser nombrado mayoral era
indispensable ser vecino de dicha vecindad, que no morador, categoría con menos
responsabilidades vecinales, pero con menos derechos, ya que eran considerados
como personas de paso, sin intención de integrarse plenamente. Generalmente estos cargos los ejercían los
grupos de notables” de la ciudad, siendo raro el nombramiento de artesanos.
Los mayorales convocaban a todos
los vecinos en Asamblea los días de Pascua de Navidad, Resurrección y Espíritu
Santo. La asistencia era obligatoria. En caso de necesidad podían convocarse
reuniones extraordinarias. Tras una comida en común, pagada a escote, trataban
de todo lo relativo al funcionamiento de la vecindad, fundamentalmente en todo
lo relacionado a intentar satisfacer algunos servicios colectivos, como
contribuir a la seguridad y la higiene, facilitar ayuda mutua y lograr la
concordia entre todos los vecinos.
Posteriormente, en 1747, las Ordenanzas municipales citaban la existencia de un sobremayoral, dos mayorales y dos contadores. El sobremayoral pasaría a ser un controlador más directo, por parte del Ayuntamiento, de los mayorales y de la vecindad en sí. Los contadores, por su parte, llevaban las cuentas de los bienes de la vecindad. Estos bienes resultaban de las multas impuestas, de donaciones de vecinos pudientes, de aprovechamiento de pisos o fincas propiedad de la vecindad...
FUNCIONES
Posteriormente, en 1747, las Ordenanzas municipales citaban la existencia de un sobremayoral, dos mayorales y dos contadores. El sobremayoral pasaría a ser un controlador más directo, por parte del Ayuntamiento, de los mayorales y de la vecindad en sí. Los contadores, por su parte, llevaban las cuentas de los bienes de la vecindad. Estos bienes resultaban de las multas impuestas, de donaciones de vecinos pudientes, de aprovechamiento de pisos o fincas propiedad de la vecindad...
FUNCIONES
Con el fin de atender a todos
estos aspectos, los mayorales desempeñaban una serie de funciones como:
Trasmitir a los vecinos las
órdenes del alcalde y dar a éste información sobre los problemas que pudiera tener
la vecindad. Intermediar en los conflictos entre vecinos. Si unos vecinos se
habían enemistado y no atendían a la mediación de los mayorales y no querían
reconciliarse, tras tres amonestaciones, eran echados de la vecindad. Otras
vecindades no los podían acoger hasta que no se reconciliasen.
Otra función era recibir a
nuevos vecinos y tras comunicarlo a los demás vecinos y al Procurador General
de la Ciudad ,
y una vez revisados sus informes, si estos eran buenos, el nuevo vecino era
admitido, y como celebración de bienvenida, el primer o segundo domingo de su
establecimiento, tomaban una colación que era pagada a escote por todos. De
todos modos la última palabra para su asentamiento la tenía el Ayuntamiento. El
aspirante para obtener su” licencia de vecindad” debía comprometerse a
someterse a todas las obligaciones tributarias y de otra índole que suponía ser
considerado miembro de la comunidad. Era necesario hacer lo mismo si una
persona se casaba o ponía casa propia. Al decir que revisaban sus informes nos
referimos a una práctica de otros tiempos, consistente en que el aspirante
tenía que demostrar su “limpieza de sangre”. Es decir, dejar claro que ni sus
padres, abuelos y demás ascendientes tuvieran nada que ver con judíos, moros,
moriscos, ni mala secta probada, ni que hubiesen sido penitenciados por el
Santo Oficio de la
Inquisición por crimen de herejía u otro delito alguno. Por
otra parte el nuevo vecino debía demostrar tener medios económicos suficientes
o habilidades artesanales que dejaran claro que no iba a suponer ninguna carga
para los demás vecinos. (En otras épocas una persona de tránsito por Vitoria,
si a los tres días no demostraba que era autosuficiente, era considerado como
vagabundo, siendo encarcelado y posteriormente expulsado de la ciudad.)
Los mayorales también se
encargaban de que la moral y las costumbres de sus convecinos fueran las
consideradas en la época como correctas, para ello vigilaban que las personas
que estaban de posada, estuvieran libres de sospecha de conducta irregular,
amancebamiento, o conducta escandalosa, bien fueran hombre o mujer, pudiendo el
encubridor ser expulsado de la vecindad o de la ciudad en caso de
incumplimiento de esta norma.
Tenían que visitar dos o tres
veces al año todas las chimeneas para ver si estaban limpias con el fin de
prevenir incendios; en días de fuerte viento y con el mismo fin tenían que
estar vigilantes, para ello los mayorales organizaban rondas con vecinos; también cuidaban que los vecinos no almacenasen materiales
susceptibles de provocar incendios. Hay que tener en cuenta que Vitoria a lo
largo de su historia ha sufrido numerosos incendios de importancia.
Calle Correría en la actualidad
Calle Correría en la actualidad
Cuando había que llevar a los
enfermos el Santísimo Sacramento (Viatico) o en caso de defunción, los mayorales avisaban
a todos los vecinos y tras dotarles de unas hachas de cera tenidas preparadas
para esos casos, les hacían acompañar al Santísimo o al cuerpo del fallecido a
la sepultura, llevándole en hombros los vecinos más cercanos a su casa (los
vecinos de ambos lados de la casa del difunto (costaneros) y los dos de la casa de enfrente (portaneros delanteros) Mientras duraba el sepelio, ningún miembro de la vecindad podía realizar trabajo alguno, ni artesanal ni de mercadería.
La pertenencia a
una institución de este tipo llevaba a un intercambio de servicios y favores
entre sus miembros, por ello la vecindad procuraba protección y cuidado a las
mujeres más desfavorecidas. La solidaridad vecinal se manifestaba, entre otras
cosas, en la labor de beneficencia con sus propios vecinos. Para ello en varias
vecindades existían Obras Pías fundadas por sus vecinos y administradas por la
propia vecindad, unas para dotar doncellas pobres, otras para sostener dos o
tres plazas para el asilo de mujeres pobres o viudas, incluso llegando a poseer
en algunos casos un Arca de Misericordia.
Para ello en varias vecindades existían Obras Pías fundadas por
sus vecinos y administradas por la propia vecindad, unas para dotar doncellas
pobres, otras para sostener dos o tres plazas para el asilo de mujeres pobres o
viudas, incluso llegando a poseer en algunos casos un Arca de Misericordia. Por
ejemplo, en 1744, Rosalía de Bolangero tuvo que ser ayudada por la primera
vecindad de la Correría, que le concedió una dote para que se pudiera casar.
Esta vecindad tenía una “Obra pía para dotar a doncellas pobres y virtuosas”
Rosalía era hija del platero y relojero Santiago de Bolangero que pasaba en ese
momento por dificultades económicas. Esta familia procedía de Toulouse
(Francia)
Con el paso del
tiempo las vecindades evolucionaron, estando más estrechamente controladas por
el Concejo de la Ciudad. En
1747, las Ordenanzas municipales citaban la existencia de un
sobremayoral, dos mayorales y dos contadores por vecindad.
En tiempos
recientes el concepto de vecindad se ha ido diluyendo, siendo asimilado el
término a los vecinos de un portal. Las únicas manifestaciones que recordamos
de ellas en tiempos recientes son las fiestas de vecindad y las hornacinas de
las advocaciones que ejercían de patrón o patrona de cada vecindad. Esta
institución ha sido sustituida por las Asociaciones de barrio.
Importante es la descripción que hizo sobre las vecindades en 1615, Pedro de Mantuano, bibliotecario y secretario de Juan de Velasco.
Importante es la descripción que hizo sobre las vecindades en 1615, Pedro de Mantuano, bibliotecario y secretario de Juan de Velasco.
Relación de imágenes de vírgenes
y santos, patronos de las vecindades.
Correría: 1ª
vecindad - Virgen Blanca, 2ª - Virgen de la Vega , 3ª -
Santa Ana, 4ª - Virgen de la Visitación
Zapatería: 1ª - San Felipe y Santiago, 2ª - Nuestra Sra.
del Rosario, 3ª - San Miguel Arcángel, 4ª - Nuestra Sra. de la Merced.
Herrería.: 1ª -
San Roque, 2ª - San Luis Gonzaga, 3ª - Nuestra Señora de la Buena Leche, 4ª Nuestra Señora Buen Camino.
Calle Santo Domingo: Nuestra Sra. de la Esperanza.
Cuchillería: 1ª vecindad - San Roque, 2ª - San Antonio Abad, 3ª - San Marcos.
Pintorería: 1ª vecindad - San Pedro de Osma. 2ª - Invención de la Santa Cruz.
Este tipo de organización no es exclusivo
de Vitoria – Gasteiz, existe con otros nombres y particularidades por toda
Europa. En Álava sin ir más lejos las tenemos en Alegría (cuadrillas),
Laguardia (cuarterones), Arceniega y Laudio (calles)…
COFRADÍAS VITORIANAS
Otra forma de asociarse los
vitorianos, aparte de las asociaciones gremiales y las vecindades, era la de
reunirse en Cofradías religiosas. Parece ser que ésta era una forma bastante
frecuente de asociación en las ciudades de Europa.
Las cofradías eran asociaciones
que tenían un objetivo religioso, en torno a un santo patrón, pero al mismo
tiempo servían como elemento de unión en convivencia y como préstamo de
asistencia mutua. Se financiaban de diversas fuentes, pero sobre todo de
aportaciones de los cofrades y de particulares.
Entre las treinta y un cofradías
existentes en Vitoria a finales del s. XVI, distinguiremos dos tipos de
cofradías:
a) Cofradías eminentemente
religiosas y abiertas a la población en general.
Ejemplo: Cofradía del Santísimo
Sacramento en la iglesia de San Pedro; otra cofradía de San Cristóbal, junto a
Olárizu; cofradía de San Juan de Arriaga, llamada de los Ciegos; la de San
Antón, asentada en la iglesia de San Pedro; la de San Luis; la del Rosario de
Nuestra Señora, en el convento de Santo Domingo. La imagen de esta última, fue
traída desde Flandes en 1510, por el rico comerciante vitoriano, Diego Martínez
de Maeztu. Durante su venida parece que hizo un milagro, al parar una terrible
tempestad que puso en peligro al barco que la traía. Esta advocación de María
fue durante mucho tiempo la de más culto de Vitoria, hasta ser desplazada por la advocación a La Blanca.
b) Cofradías gremiales,
reservadas a los artesanos de un mismo oficio.
Ejemplo: La cofradía de San
Llorente, del gremio de las tenerías; la de San José de los carpinteros,
ebanistas, etc.; la de San Crispín y Crispiniano de los zapateros, curtidores y
todos los que labran el cuero; la de San Damián que reunía a los médicos,
cirujanos, barberos y boticarios en San Miguel.
Capítulo aparte sería la
cofradía de la Vera Cruz ,
ya que en el s. XVIII estaba gobernada por el propio Ayuntamiento que elegía
como mayordomos a sus dos regidores.
Este tipo de organizaciones hizo
que en Vitoria a las fiestas del calendario oficial religioso que se celebraba
en las cinco iglesias, había que añadir las fiestas religiosas que organizaban
las diferentes cofradías. Estas fiestas eran de mayor o menor entidad,
dependiendo de la importancia y capacidad financiera de las diferentes
cofradías. Así podían ir de la celebración más sencilla, una misa, a otras con
celebración de vísperas, misas solemnes dedicadas al santo patrón, procesiones
y otros festejos públicos.
Las cofradías se creaban bajo la
autoridad del obispo de la diócesis de Calahorra y la Calzada y del Ayuntamiento
de la ciudad, quienes aprobaban sus ordenanzas. El obispo vigilaba el
funcionamiento de las cofradías con ocasión de las visitas pastorales.
Todas las cofradías estaban
adscritas a conventos y parroquias en donde tenían un altar, un oratorio o
algún lugar reservado donde desarrollar sus asambleas y actividades piadosas.
Había mucha relación con sacerdotes y religiosos, a los cuales encargaban
misas, sermones, etc.
Las cofradías estaban dirigidas
por un Abad y varios Mayordomos, que eran elegidos cada año en la Junta anual que se celebraba
tras la fiesta patronal.
La pertenencia a una cofradía en
otros tiempos, no sólo era una manifestación de la religiosidad de una persona,
sino que al mismo tiempo suponía un status dentro de la sociedad vitoriana. Por
ello los” notables” de la ciudad se aseguraban los puestos más destacados
dentro de las cofradías, como el de abad o mayordomo, ya que eso reafirmaba su
puesto dominante en la jerarquía social. Incluso cuestionar esa jerarquía
dentro de estas agrupaciones sociales, fue motivo de algunas disputas, como las
que enfrentaron, allá por 1727, en el convento de Santo Domingo, a don Juan
Antonio Fernández de Apodaca, caballero de la orden de Santiago, y a don Juan
Félix Gaitán de Ayala, marqués de Aravaca. Ambos eran mayordomos de la cofradía
de la Virgen
del Rosario. El enfrentamiento fue por una cosa tan nimia, como colocar el
primero unas flores en el altar mayor, sin consultarlo con el segundo. La
bronca comenzó verbalmente, pero llegó a un violento enfrentamiento cuerpo a
cuerpo en el exterior del convento, durante el cual, el caballero de Santiago
llegó a pinchar con un espadín al marqués de Aravaca, hiriéndole levemente.
Tuvieron que separarles varias personas, entre ellas dos curas, teniendo
incluso que intervenir en la pacificación el alcalde de la ciudad.
Una cofradía que fue adquiriendo
progresivo protagonismo fue la de la Virgen Blanca , cuya primera cofradía fue fundada
por el gremio de los cereros, el 17 de junio de 1613, ante el notario Pedro
Beltrán de Nanclares. El proceso de fundación comenzó el 30 de noviembre de
1612, cuando el gremio de los cereros envió en su nombre, a Pedro de Varrón y a
Miguel de Zurita, para que el obispado de Calahorra lo aprobase.
La devoción a esta advocación
fue aumentando con la creación de nuevas cofradías en su entorno, hasta cuatro,
e incluso por la adopción como patrona por varias vecindades.
Las fiestas celebradas en su
honor fueron desplazando a las antiguas fiestas patronales, hasta que en 1884, la Virgen Blanca
acabó siendo elegida por el Ayuntamiento, patrona principal de la
ciudad. El diecisiete de octubre de 1954, fue solemnemente coronada.
Para saber más:
"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.) Edit. La esfera de los libros. 2002
"Historia civil de Álava" J.J. Landázuri Edit. Gran Encicl. Vasca 1973
"Historia de Álava" A. Rivera (direct.) Edit. Nerea S.A. 2003
"Síntesis de la Historia del P.Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P. Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997
"La vida cotidiana en Vitoria en la edad Moderna y contemporánea" José Mª Imízcoz y otros. Edit.Txertoa 1995
"La vida cotidiana en Vitoria en la edad Moderna y contemporánea" José Mª Imízcoz y otros. Edit.Txertoa 1995
"Rincones con renombre" Elisabeth Ochoa de Eribe y Ricardo Garay Edit. Fundación Mejora 2012
"La ciudad medieval" Orígenes y triunfo de la Europa urbana. Thierry Dutour Edit. Paidós 2004
"Agrupaciones vecinales alavesas" Joaquín Jiménez Boletín de la Institución "Sancho El Sabio" año XIII, tomo XIII 1969
"Vecindades vitorianas. Ordenanzas de 1483 y unos comentarios a las mismas" Gerardo López de Guereñu, Boletín municipal de Vitoria. nºs 5 y 6, 1961
"La ciudad medieval" Orígenes y triunfo de la Europa urbana. Thierry Dutour Edit. Paidós 2004
"Agrupaciones vecinales alavesas" Joaquín Jiménez Boletín de la Institución "Sancho El Sabio" año XIII, tomo XIII 1969
"Vecindades vitorianas. Ordenanzas de 1483 y unos comentarios a las mismas" Gerardo López de Guereñu, Boletín municipal de Vitoria. nºs 5 y 6, 1961
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