VICTORIA COMO VILLA COMERCIAL
Se puede decir que la situación estratégica de Vitoria en el camino entre la Meseta castellana y los puertos del Cantábrico o la frontera de Francia, había hecho de este lugar un importante enclave para el paso de personas y la circulación de mercancías. Ya los romanos se dieron cuenta de ello e hicieron pasar una importante calzada por sus cercanías, la Astorga - Burdeos - Iter XXXIV. (Mariturri, Armentia, Salbatierrabide, Arcaya, hoy barrios de Vitoria-Gasteiz)
El carácter artesano y comercial de Victoria se va acentuando con el paso del tiempo, viéndose favorecida con algunas medidas reales tendentes a ello, así como el auge comercial en Europa tras el largo letargo comercial de la Alta Edad Media.
Se cree que Victoria tenía un mercado desde su fundación, ya que aunque no es citado textualmente, lo da a entender el Fuero de Población que concede Sancho VI al establecer una serie de condiciones comerciales que facilitaran el aprovisionamiento de esta nueva villa de Victoria. Estas medidas les daban libertad absoluta, es decir, exención de impuestos a los vitorianos, para la compra de ovejas y animales para carne y también ropa.
En sus primeros tiempos Victoria tenía un carácter fundamentalmente militar, defensivo, por lo que no era una villa de producción sino un lugar de “ acarreo “, esto hacía necesario traer de otros lugares una serie de productos para su abastecimiento, sobre todo alimentos. Los mercaderes que acudían a Victoria tampoco pagaban el impuesto de lezda o portazgo, salvo el día de mercado. Con el tiempo las funciones de Victoria como villa defensiva fueron cambiando, pero se mantuvieron sus exenciones fiscales.
La primera noticia que se tiene del mercado vitoriano, es la mención que se hace en el Fuero de Salvatierra en 1256.
Medidas reales para favorecer comercialmente a Victoria:
- Alfonso VIII, exención del tributo de lezda o portazgo por sus mercancías y cosas propias en todo el reino a los vecinos y moradores de Victoria.
- Enrique I, confirma dicha exención el 23 de junio del año 1216.
- Nueva confirmación por Fernando III el 10 de setiembre de 1217.
- Fernando IV, incluye a Victoria en la Hermandad de las Marismas.
- Alfonso XI en 1328 y Enrique II en 1374 le eximen de pagar ciertos impuestos comerciales.
- Enrique III, por un Privilegio Real de 17 de abril de 1399 fechado en Segovia, concedió a Victoria la celebración de dos ferias francas, una por la Ascensión de dieciséis días y otra en setiembre de doce días de duración; así como la orden de que todas las recuas que iban y venían de Vizcaya y Guipúzcoa pasaran por Victoria. En esa época era Canciller Real, Pedro López de Ayala.
El privilegio real de Enrique III dice así:
-“ Porque a los Reyes e Príncipes pertenece de noblescer e honrrar en todas las cosas que pudieren buenamente las cibdades e villas de sus Regnos; e porque dixieron los sabios antiguos que ordenaron los derechos, que las tierras e lugares en que usan los omes levar sus mercaderías son por ende más ricas e más abonadas e mejor pobladas. Yo por esto aviendo voluntad de noblecer e honrrar a la mi Villa de Victoria e porque en las cibdades e villas a do se fazen ferias es razón e manera de usar e traer los omes sus mercadorías e abastecimientos e complimiento de las cosas que non hay en las dichas cibdades e villas, de lo cual vienen los provechos e bienes sobredichos que dixieron los sabios: e para que deste e de otros bienes e provechos que dello se siguen, goze e alcanze la dicha mi Villa de Victoria “-
- El 2 de abril de 1457, desde Santo Domingo de la Calzada, Enrique IV concedió otra feria franca, que duraría quince días a partir del día siguiente a la fiesta del Corpus. También se debe a este monarca la concesión en 22 de febrero de 1466 de un mercado franco que tenía lugar todos los jueves y cuya tradición se ha conservado hasta nuestros días. Estas ferias se celebraban en la actual Virgen Blanca, el “ Arrabal “ entonces.
Los Reyes Católicos ante la reclamación de los vecinos de la zona de San Francisco, ya que para ellos era dificultoso el acceder a la zona de la actual plaza de la Virgen Blanca debido al desnivel del terreno, ordenaron que tanto el mercado de los jueves como las ferias se hicieran de forma alternativa entre la antigua ubicación y la plaza que quedaba ante las puertas de las calles de la Cuchillería, Pintorería y Judería.
Todos estos mercados irían en detrimento de los de Estíbaliz y Divina (Foronda) que fueron languideciendo.
Otra cosa que influyó mucho en la consideración de Victoria como villa comercial fue la implantación en ella de una de las principales aduanas del reino de Castilla.
El Portalón
COMERCIO NACIONAL E INTERNACIONAL
Victoria participaba en el comercio de la lana, que fue durante las Edades Media y Moderna la base de la economía castellana. Los reyes castellanos tomaron con mucho interés este tipo de comercio; recordemos “ La Mesta”. Honrado Concejo de la Mesta de los Pastores de Castilla. Alcanzó categoría oficial durante el reinado de Alfonso X (1273) La lana era exportada fundamentalmente a los telares de los Países Bajos. Otro comercio importante fue el del trigo y el vino así como la sal de Salinillas de Buradón y de Añana, la miel y la cera de La Alcarria, el aceite andaluz, etc.
El comercio era amplio, menos cuando algunos artículos y cosas eran vedadas. Estas cosas vedadas eran sobre todo las caballerías y alimentos, ya que estaba prohibida su exportación desde los tiempos de Alfonso VIII. Este veto se hará más notable cuando en tiempos de Alfonso X se empiezan a notar en Castilla los efectos de la llamada “crisis del siglo XIV “. En las Cortes de 1258 se prohibió sacar del reino “caballos , ganados o haberes vedados“ . Los productos vedados fueron ampliados en las Cortes de 1268 a oro, plata, cueros sin adobar, seda, lana sin hilar, pan, vino, viandas, así como azores, halcones y cualquier otra ave de caza. Los soberanos castellanos con sus medidas proteccionistas e intervensionistas iniciaron una especie de preproteccionismo. El fin era garantizar el suministro de víveres a sus súbditos, así como asegurarse la tenencia de caballos suficientes para las guerras de aquella época.
Como cosa curiosa destacaremos que los habitantes de Castilla tenían prohibido importar vino de Navarra o de Aragón, pero los vitorianos por sus fueros sí podían hacerlo y lo hacían. Esto motivaba las quejas de otras poblaciones a los monarcas.
Mercado en la Plaza Vieja
Todo el comercio se controlaba mediante aduanas. En ellas se supervisaban las mercancías que entraban y salían de Castilla y se cobraban impuestos para la Real Hacienda. Alfonso X puso las bases del sistema aduanero.
Hubo aduanas de dos tipos:
- Situadas en interior o “puertos secos“
- Las instaladas en los puertos de mar.
En Álava existieron varios “puertos secos” dentro del Distrito de Cantabria. El principal estuvo ubicado en Victoria, citado por primera vez en el siglo XIII y que trabajó hasta 1841 (fue trasladado a Irún) Esta aduana estuvo situada en la calle Herrería, calle que tuvo una función de arteria principal, por la que circulaban las carretas.
La primera noticia que se tiene sobre ella es de 1289, año en que Sancho IV declaró exentos del pago de portazgo en Victoria y Orduña a los vecinos de Bermeo. Parece ser que la aduana de Victoria alcanzó su madurez en tiempos de Juan II (s. XV).
Las aduanas estaban controladas por el alcalde de sacas y por los guardas de sacas que vigilaban el pago de los impuestos reales al comercio y del control de las cosas vedadas.
Otras aduanas instaladas en Álava, pero ya secundarias, fueron las de Bernedo, Santa Cruz de Campezo, Salvatierra y Zalduendo. En el resto del País Vasco: Orduña, Balmaseda, Ataun, Tolosa y Segura.
Victoria se convirtió en un importante centro de distribución de mercaderías. Los carromatos de transporte de lana paraban en Victoria en su tránsito de Castilla hacia los puertos del Cantábrico y volvían con paños y tejidos flamencos, hierro labrado en las ferrerías de Guipúzcoa y de Vizcaya, así como otra serie de mercancías.
Era obligatorio el paso de mercancías por la villa, ya que ésta tenía el monopolio comercial, no se podían detener los carruajes en las aldeas salvo necesidad, por lo tanto tampoco en sus mesones, muchos de ellos controlados por la nobleza. Esto supuso para Victoria fuertes ingresos por el cobro de impuestos, alcabalas, diezmos de la mar, impuestos concejiles, etc. La alcabala, por ejemplo, gravaba un 10% todo tipo de bienes, muebles e inmuebles. Victoria tenía el control sobre pesas y medidas. Se prohibió a los habitantes del alfoz la tenencia de pesos de cruz para pesar hierro, acero, aceite, etc. Sólo podían usar “babeque” o “romana“ que permite un peso inferior.
Victoria imponía a las villas costeras precios y cantidades en el tráfico mercantil, esto originaría frecuentes conflictos, ya que estas últimas quedaban relegadas a meras transportistas. Los almacenes donde se realizaban los negocios se situaban en Victoria, por lo que la villa tuvo una gran prosperidad.
Destacados miembros de la nobleza alavesa se fueron incorporando a la actividad mercantil, participando además de en el comercio vitoriano en ferias importantes como las de Medina del Campo, así como en puertos ingleses o flamencos. En Victoria hubo desde casi sus primeros tiempos una importante comunidad judía, la más importante del País Vasco.
LA HERMANDAD DE LAS VILLAS DE LA MARINA DE CASTILLA CON VICTORIA
Siendo Burgos la principal potencia del comercio de la lana en aquella época y con el fin de contrarrestar esta competencia, así como acabar las disputas entre los puertos del Cantábrico, se creó el 4 de mayo de 1296, la HERMANDAD DE LAS VILLAS DE LA MARINA DE CASTILLA CON VICTORIA, también llamada HERMANDAD DE LAS MARISMAS. Esta alianza se hace con el beneplácito del rey, Fernando IV, el Emplazado, que controlaba de esta manera las ambiciones de la nobleza, así como las villas asociadas se aseguraban la conservación de sus fueros y privilegios y buscaban en la unión una común defensa en unos momentos en los que la fuerza parecía ser la única ley.
Componían esta Hermandad: San Vicente de la Barquera, Santander, Laredo, Castro Urdiales, Bermeo, Guetaria, San Sebastián, Fuenterrabía y Victoria.
El lugar de reunión o capitalidad de la Hermandad de las Marismas se fijó en Castro Urdiales, teniendo sello propio de la comunidad. El original de la Carta de la Hermandad se conserva en el Archivo de Guetaria.
En los estatutos se comprometían a colaborar mutuamente en defensa de sus intereses comerciales y a solucionar entre ellos los conflictos que pudieran surgir.
En la Hermandad de las Marismas se puede destacar la solidez de su organización y la proyección al exterior, llamando la atención las cláusulas relativas a los intercambios comerciales con Portugal y la prohibición del comercio con Bayona, como consecuencia de las desavenencias con este puerto francés y de las luchas entre Francia e Inglaterra.
La creación de la Hermandad supuso para Victoria su lanzamiento en el comercio internacional.
Aunque la Hermandad nació con el deseo de durar el tiempo que fuera posible, el esplendor de la Hermandad fue muy corto, ya que con el fuero de población concedido a Bilbao en 1300, los puertos vizcaínos van a ir adquiriendo pronto gran importancia. En el reinado de Alfonso XI se produce su desmembración, en la que juegan un papel primordial la formación de Hermandades menores como las de Motrico y Guetaria. En 1494, los Reyes Católicos por medio de un decreto centralizaron todo lo referente al tráfico y jurisdicción de Castilla en el Consulado de Burgos, desapareciendo esta Hermandad.
Posteriormente se creó el Consulado de Bilbao, a comienzos del siglo XVI, y ya en 1682, el Consulado y Casa de Contratación de San Sebastián.
Para saber más:
"Álava medieval" Gonzalo Martínez Edit. Dip. F. de Álava 1974
"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"Vitoria medieval" Varios Edit. Exc. Ayunt. de Vitoria 1993
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.)Edit. La esfera de los libros. 2002
"Historia civil de Álava" J.J. Landázuri Edit. Gran Encicl. Vasca 1973
"Historia de Álava" A. Rivera (direct.) Edit. Nerea S.A. 2003
"Síntesis de la Historia del P.Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P.Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997
"Arquitectura doméstica de la Llanada de Álava, siglos XVI, XVII y XVIII" Ana de Begoña Edit. Dip. Foral de Álava. 1986
"Arqueología e Historia de una ciudad" A. Azkarate, J. L. Solaun Edit, Universidad del P. Vasco 2013
"75 Historias perdidas de Álava" Francisco Góngora Ed. Diario El Correo S.A.U. 2022
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