lunes, 27 de mayo de 2013

Historia de Vitoria - Gasteiz. Capítulo 33


CAPÍTULO TREINTA Y TRES

EFEMÉRIDES DEL SIGLO XIX
- La carta al Zadorra

Aunque no se ha hallado prueba documental, parece ser que el rey Alfonso VIII hizo la promesa consistente en que los reyes castellanos respetarían los fueros y privilegios de Vitoria, mientras el río Zadorra siguiera su curso hacia el Ebro. Para conmemorar este hecho se celebraba una ceremonia consistente en arrojar una carta al Zadorra, para dar testimonio de que el agua se llevaba el papel, que el río seguía su curso, con lo que se confirmaban los fueros de Vitoria. Se realizaba el 24 de junio, día de San Juan, y junto a la ermita de San Juan de Arriaga se realizaban fiestas, se corrían toros y otros divertimentos para los asistentes. A finales del siglo XVI se daba a los participantes guindas, bizcochos y vino blanco. Esta ceremonia fue conocida hasta mediados del siglo XIX, 1841, aunque ya solamente iba el Procurador Síndico, con acompañamiento de maceros, clarineros y un escribano que daba fe del hecho.

- CREACIÓN DE ESCUELAS

    El Ayuntamiento, en 1816,  a iniciativa del capitular Juan  José Monroy, celoso  de  la cultura popular,  creó un plan de  escuelas y dibujo, precursor de las escuelas municipales, al margen de las del Estado, que tanto han contribuido a la elevación de la cultura de los vitorianos
    Así mismo la Diputación, en 1817,  a propuesta del Diputado foral señor Zubía, se creó una cátedra de Agricultura así como la adquisición de terrenos, maquinaria y semillas para fomentar este sector tan importante en Álava. La idea cuajó años después en la institución de la Granja Modelo, considerada una de las mejores de España.

- Diócesis Vascongada

    La creación de la Diócesis de Vitoria como consecuencia del Concordato con la Santa Sede de marzo de 1851, influyó y contribuyó a crear una fisonomía especial de la Ciudad con la habilitación del palacio de Montehermoso como  Palacio  Episcopal, la   construcción del Seminario Conciliar  junto a Santa María; así como el nombramiento de esta Colegiata como Catedral, por el Papa Pío IX el 28 de abril de 1862.  En esa fecha Jerónimo  Fernández, obispo de Palencia, por delegación del nuncio apostólico de España, leyó la bula papal y el decreto de ejecución.
    La bula " In Celsissima" de erección de la Diócesis fue dada unos meses antes, el  8 de setiembre de 1861. Con ello se dejaba de depender de la Diócesis de Calahorra. Además, al depender de ella las tres provincias vascas, es la primera institución que une a los tres territorios. 
    Con ello se cumplía la promesa hecha por El Papa  Adriano VI  siglos atrás.
    Vitoria tuvo que superar una serie de reticencias y reparos que hizo el  Obispado de Calahorra para la creación de la Diócesis de Vitoria,  ya que con ello perdían parte del territorio  e influencia sobre esta zona.
   El primer obispo de la Diócesis Vascongada con sede en Vitoria fue el Excmo. y   Rvdmo. D. Diego Mariano Alguacil Rodríguez, hasta entonces obispo de Badajoz. Hizo su entrada solemne en la ciudad el 29 de abril de 1862.
    Esta nueva situación atrajo a Vitoria a colegios religiosos como : Marianistas, Corazonistas (masculinos) y Ursulinas y Carmelitas (femeninos) ; conventos como Reparadoras, Salesas, Jesuitas y Carmelitas, éstos junto a la Senda; y establecimientos benéficos como el de la Hermanitas de los Pobres o el de las Siervas de Jesús para atención de los enfermos, fundada por la vitoriana Josefa Sancho de Guerra.
   El dos de noviembre de 1949 fue dividida la diócesis de Vitoria, con la creación de las de Bilbao y San Sebastián, por medio de la bula "Quo Commodius".

- Encuentro de sabios

    El dieciocho de julio de 1860 hubo un eclipse total de sol. Al estar previsto que Vitoria iba a ser uno de los sitios donde mejor se iba a apreciar el fenómeno,  llegaron a la ciudad numerosos astrónomos como Moelder de Dorpat, Weyer de Kiel, el insigne H. Goldschmidt, etc. y otras personas de ciencia de muchos países  europeos. Ocuparon con sus instrumentos, como mejor lugar para la observación, el alto de Santa Lucía. Los vitorianos los acompañaron en la observación del fenómeno natural con medios más modestos, como cristales ahumados. El momento máximo de eclipse se dio   a la una y treinta  y siete minutos de la tarde.
    Actualmente existe en dicho alto un pequeño monumento en forma de pirámide con una  inscripción que lo recuerda y dice así: “En este terreno se situaron las misiones científicas enviadas por diferentes naciones para estudiar el eclipse total  de sol que tuvo lugar el día 18 de julio de 1860”.  Una calle próxima, en el barrio de Santa Lucía,  se llama de Los Astrónomos.



Monolito recordatorio  en el alto de Santa Lucía


Detalle del monolito

        
 - Vitoria, capital de la Provincia Bascongada

    En 1821, durante el llamado "Trienio liberal”  1820-1823, con motivo de una reestructuración provincial de España, Vitoria alentada por su desarrollo, presenta al Congreso de Madrid una solicitud para que se le nombrara capital de la nueva provincia que se iba a formar con "todo el territorio de las Vascongadas”. Esta labor de reestructuración fue llevada a cabo por Felipe Bauzá, en colaboración de José Agustín de Larramendi. Ambos eran partidarios de unir las tres provincias vascas en una sola con capital Vitoria, por contar con    " edificios aparentes para el establecimiento de las autoridades" y por ser nudo de las comunicaciones con Francia y Castilla. Se anexionarían algunas demarcaciones de Santander, el valle de Mena y el condado de Treviño. Por otro lado se le segregaba la Rioja Alavesa, que pasaría a Logroño, así como Irún y Fuenterrabía, que pasarían de Guipúzcoa a Navarra. Hubo otra propuesta: Vizcaya estaría sola y Guipúzcoa y Álava unidas con capital en Vitoria.
    Ambas propuestas fueron desestimadas, continuándose con la situación anterior de tres provincias separadas. Hay quien señala que desde Bilbao hubo posturas contrarias a la capitalidad de Vitoria.
    En 1833 Vitoria se consolidó como capital de Álava. Hasta entonces el Fuero de Álava consideraba a Vitoria una localidad más, la residencia de sus autoridades.

  - Pozo artesiano

     Ante la necesidad de obtención de agua debido al incremento de población, el Alcalde Ladislao de Velasco creyó conveniente buscar agua dentro del casco urbano, para  ello  el 22 de noviembre de 1877 comenzaron las obras de perforación de un pozo artesiano en la Plaza Vieja, actual Plaza de la Virgen Blanca.
    Tras cinco años de trabajos, las obras se interrumpieron en 1882, al alcanzar  la profundidad de 1.021 metros sin que brotara una sola gota de agua.
    Todo ello a pesar de que el ingeniero y geólogo que dirigió la obra fue el francés Alphonse F. Richard, experto en pozos artesianos (Argelia, Rosellón, Burdeos...)  Al Alcalde Álvaro Elío le tocó tomar la decisión el 19 de octubre de 1882, de suspender los trabajos y   sellar  el enorme agujero que se había creado. Una placa de bronce recuerda este episodio en el lugar de la prospección en la Virgen Blanca. El músico José Uruñuela compuso un zortziko titulado  “El pozo artesiano”, reflejo musical de lo que fue el acontecimiento para la Ciudad.
  En vista del fracaso se optó por traer agua del Gorbea  al depósito del Campillo, inaugurado en 1884.



                                                                                                                              A.M.V.G.

  Como paradoja años más tarde y no muy lejos, en las obras de construcción de la Nueva Catedral, apareció pronto gran cantidad de agua que dificultó la realización de las obras. Hay que tener en cuenta que bajo la capital alavesa se extiende un acuífero cuaternario que prácticamente abarca todo el término municipal, ya que tiene unos cuarenta kilómetros cuadrados de extensión. El nivel freático oscila entre  cero y  tres metros de profundidad y  almacena unos 210 millones de litros de agua. Diremos como comparación que el pantano de Ullívarri – Gamboa tiene una capacidad de 1.800 millones de litros.

  
   -Título de Excelencia

    El Ayuntamiento de Vitoria recibió el título de Excelencia mediante Real orden, rubricada por el rey Alfonso XII, el 19 de mayo de 1876. Esta distinción fue concedida por el apoyo a las causas liberales y el desenlace de la guerra civil con la derrota de las fuerzas carlistas.
    El 23 de mayo de 1876, el gobernador civil interino, Tiburcio Vea- Murguía remite el documento acreditativo al acalde de Vitoria Camilo Castañares.

- Fundación de la Caja de  Ahorros Municipal

  El 9 de octubre de 1850 se fundó la Caja de Ahorros Municipal de la Ciudad de  Vitoria. La iniciativa partió del entonces Alcalde de la Ciudad don Luis de Ajuria. Tres años más tarde se le añadiría el Monte de Piedad. La Caja  Municipal comenzó  titubeante, pero  en poco tiempo adquirió una notable importancia. En el primer año logró 353 impositores. La Caja funcionó primero  como dependencia del Ayuntamiento, abriendo sólo los domingos.  Posteriormente abriría local propio.
 - Primera plaza de toros

   También siendo Alcalde don Luis Ajuria, en el año 1851, se construyó con piedra, hierro y madera la primera plaza de toros, bajo la dirección del arquitecto Martín de Saracíbar. Estuvo situada junto al  Resbaladero.  Tenía capacidad para 8.500 espectadores. Hasta entonces, por aquella época,  las corridas de toros se celebraban el la Plaza de los Arcos o Nueva. En  La  Blanca de aquel año torearon en ella:   Francisco Arjona  “Cuchares”, Manuel  Díaz  “Lavi” y Manuel Arjona, hermano de Cuchares. 
Estuvo esta plaza en activo durante treinta años, celebrándose todo tipo de espectáculos además de toros, como títeres, elevación de globos, etc. El 13 de setiembre de 1880 fue sustituida por la actual plaza, construida por Ventura Peláez, que a su vez va  a ser  reemplazada  por otra nueva. La última corrida celebrada en ella fue el 25  de  julio de 2006, con  una de rejones. En ella intervinieron los rejoneadores: Fermín Bohórquez, Andy Cartagena y Leonardo Hernández. Bohórquez y Hernández  obtuvieron una oreja, Cartagena una en cada toro.


- Incendio en la Colegiata de Santa María

    A mediados de 1855 hubo en Vitoria una epidemia de cólera, que ocasionó numerosas muertes. La epidemia no fue de larga duración,  ya que desapareció a comienzos de 1856.
    El 20 de enero, se celebró en la colegiata de Santa María un solemne Te Deum para dar gracias al Altísimo por  la extinción del mal.  Además se lanzaron una serie de cohetes desde la plazuela del Campillo, pero uno de ellos penetró por el campanario de Santa María, provocando un voraz incendio,  que fue incrementado por el viento que soplaba en esos momentos.
    Las llamas afectaron a la nave central, amenazando con la destrucción de todo el edificio.  Se sacó de la iglesia todo cuanto se consideró de valor: imágenes, cuadros, ornamentos, alhajas, ropajes, libros, etc.
     Los bomberos sofocaron con muchas dificultades el incendio, pero  tuvieron que pedir el apoyo del ejército, que tuvo que derribar a cañonazos lo alto de la torre que seguía envuelta en llamas y era imposible acceder a ella.
     Un año después  se reconstruyó la torre, tal y como la conocemos.
 La torre de Santa María antes del incendio
Torre de Santa María reconstruida


- Desaparición de las cigarrerías

Una de las consecuencias de la pérdida de los Fueros en 1876, fue la creación de los estancos estatales del tabaco. Ello conllevó  la desaparición de  numerosos talleres  de confección de tabaco o cigarrerías que existían en Vitoria y que trabajaban libremente.    Las cigarrerías más conocidas fueron:   “La Perdiz”, situada en la calle Postas. Su dueño, Cuadra parece ser el compositor del himno a San Prudencio y tal vez del popular tema Los pintores de Vitoria y  la cigarrería de Pedro Pozueta  (alias Pichiquín) en la plaza de la Unión. Allí se despachaban las más selectas picaduras de tabaco y cigarros  de  Cuba, Puerto Rico o Virginia.

- Protesta vitoriana


      El ocho de agosto de 1893 el pueblo vitoriano protestó enérgicamente, por el traslado de la Capitanía General a Burgos. La gente se lanzó a la calle, apedreando los edificios públicos, teniendo la Guardia Civil que responder para detener el tumulto con cargas, detenciones y procesamientos. Las autoridades locales dimitieron.
     Hubo necesidad de declarar el Estado de Guerra y la ciudad enlutó sus balcones por espacio de un mes.

En el centro, edificio que albergó la Capitanía General. Posteriormente al Casino Artista Vitoriano                                                                      Archivo municipal V.G.

         - Alumbrado eléctrico

El 1 de marzo de 1898 se estableció definitivamente el alumbrado eléctrico en las calles vitorianas. Se instalaron 426 lámparas incandescentes y  30 arcos de 1.200 bujías. La instalación fue realizada por la Sociedad  Eléctrica - Hidráulica Alavesa.
El alumbrado eléctrico sustituyó al de gas. Éste había sido instalado en Vitoria desde el
28 de abril de 1846, fecha de la inauguración. La fábrica de gas estuvo situada en los terrenos que actualmente ocupa el colegio de Corazonistas.

- Fundación de Escuelas Normales de Magisterio

    En 1864 y por iniciativa del  Ayuntamiento y la Diputación,   se terminaron las obras de construcción de dos  Escuelas Normales,  femenina y masculina respectivamente. Era  un deseo  largamente esperado por Vitoria. Se ubicaron  en un terreno contiguo  al Cantón de la Soledad, frente al palacio de Montehermoso. Actualmente  este edificio lo ocupa el Instituto Municipal de Educación.



Edificio donde estuvo ubicada la primera Escuela de Magisterio

-Sociedad de Socorros Mutuos de Artesanos

    En el siglo XIX, concretamente en 1849, se crea la Sociedad de Socorros Mutuos de Artesanos de Vitoria con el fin de apoyarse mutuamente en casos de enfermedad, invalidez, ayuda para los gastos de funerales, etc. Según los datos reflejados en un Acta fechada en 1899, desde la fundación de dicha sociedad hasta esa fecha se habían gastado en los fines señalados por sus estatutos un montante de 1.800.000 pesetas
    A la asociación pertenecían socios procedentes de trabajos artesanos, comerciantes y personas con trabajos liberales.  En 1899 contaba con 946 miembros
    En 1989 presidía la Asociación Nicolás Montalbán, vicepresidente Melquiades Aldama, siendo su secretario Julián Pérez de Arenaza y tesorero Apolinar Fernández de Landa.
     Además figuraban  como socios honorarios, entre otros, personajes ilustres de Vitoria: Gabriel Martínez de Aragón, Felicias Olave, Álvaro Elio, Eduardo Velasco o Ramón Buesa por poner algunos ejemplos. Por este motivo se consideraba a esta mutua como elitista, sus integrantes debían ganar como mínimo 7 reales diarios, cuando la media estaba en 4. Además la cuota mensual era alta comparada con los sueldos de la época, entre 4 y 8 reales mensuales, dependiendo de la edad.  Posteriormente se fijó en 4 reales para todos los asociados sin tener en cuenta la edad.
      Al dejar fuera de protección  a una parte importante de trabajadores de Vitoria, en 1858 se creó otra mutua,  la Segunda Sociedad de Socorros Mutuos de Artesanos y Jornaleros vitorianos. Esta sociedad era menos exigente en cuanto a requisitos de entrada y menor cuota mensual que la primera mutua.
    Las ayudas por enfermedad o accidente eran de 6 reales diarios los seis primeros meses, 3 los siguientes hasta un año. A partir de ese momento al socio afectado se le consideraba inválido o imposibilitado, recibiendo 2 reales diarios de por vida. Quedaban fuera de esta ayuda las bajas derivadas de enfermedades venéreas, las derivadas por alcoholismo y heridas provocadas en tumultos públicos si el asociado hubiera participado de forma voluntaria.
    Durante la baja el socio no podía entrar en bares y tenía que resguardarse en su domicilio entre la nueve de la noche y las siete de la mañana en verano y las tres de la tarde y las diez de la mañana en invierno.
     La sociedad creada en segundo lugar empezó a tener problemas económicos  viéndose en la necesidad de pedir ayudas a instituciones como el Ayuntamiento.
    En 1909 se fusionaron ambas Sociedades. La nueva entidad fue poco a poco debilitándose y a pesar de algunos intentos de modernización, se disolvió en 1947. 
    Tengamos en cuenta que para esas fechas, las políticas de protección de los ciudadanos por parte del Estado, se iban consolidando. Todo comenzó a partir de la comisión de Reformas sociales de 1883, que se encargó del estudio de cuestiones que interesasen a la mejora y bienestar de la clase obrera. En1900 se crea la Ley de Accidentes de Trabajo y en 1908 aparece el Instituto Nacional de Previsión, que sería el esbozo del actual  sistema de Seguridad Social.
     Posteriormente se crearon  una serie de seguros sociales entre los que destacan: el Retiro Obrero (1919), el Seguro Obligatorio de Maternidad (1923),  Seguro  de paro Forzoso (1931), Seguro de Enfermedad (1942) y el Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (1947).
    Toda esta serie de medidas estatales hace que no sean tan necesarias entidades del tipo de la Sociedad de Socorros Mutuos de Artesanos de Vitoria.
    Sin embargo sí se mantuvieron algunas  Mutualidades que servían de complemento a la aportación del Estado, no siendo el caso como hemos citado de la de Vitoria.

Para saber más:
"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.) Edit. La esfera de los libros. 2002
"Vida de la Ciudad de Vitoria" Tomás Alfaro Fournier Edit Dip. foral de Álava. 1996
"Síntesis de la Historia del País Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P.Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997
"Rincones con renombre" Elisabeth Ochoa de Eribe y Ricardo Garay Edit. Fundación Mejora 2012
"Historia de Álava" Antonio Rivera y otros. Edit. NEREA 2003
"Florecimiento y ocaso de una tipología asociativa. Socorros Mutuos de artesanos en Vitoria" 
                                                                                                          Guillermo Marín Casado


1 comentario:

Josu Arenaza dijo...

Perdonad. La Capitanía General estuvo también donde ahora el hotel Canciller Ayala, frente al parque de La Florida. ¿Estoy equivocado? Gracias.